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Cualquier cosa se vuelve difícil si no lo hacemos con frecuencia. Nos oxidamos. Una vez vi a un niño y un perro hacerse amigos de todo un parque, con una pelota. Rebotaban por ahí siendo felices, olisqueando y viendo si alguien más coincidía en que todo-era-fantástico. En caso que sí, se detenían a jugar, en caso que no, pasaban al siguiente grupo de personas. Sin hacer preguntas, la gente les devolvía la sonrisa, un cariño en la cabeza y arrojaban la pelota. Acá viene la mejor parte: todos fuimos una vez ese niño con ese poder. Y no tengo idea cuándo o por qué dejamos de usarlo.
ʕ•ᴥ•ʔ Fuera de lugares fijos como estudio o trabajo, ¿Cómo inicias una conversación? ¿Cuándo fue la última vez que hiciste un amigo nuevo?
MUSICA Bailar solo y con extraños
Bailar es el tipo de cosas imposibles de hacer si estás de mal humor. Por eso, cuando sucede es señal de que estas bien con el mundo. Con los años aprendí a no preocuparme si alguien te mira. Es más fácil cuando tenés auriculares porque realmente podes olvidar que hay gente alrededor. Por otro lado, si pones el altavoz, podés invitar a otras personas a bailar también.
La recomendación de hoy: “Evan Finds The Third Room” de Khruangbin
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