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Tomá un tecito, ponete cómodo. Es hora de historias :)


 VIDA  Transición

El mes pasado fui invitada a pintar en el centro de Vancouver, manteniendo la distancia social y precauciones extra. El proyecto proponía cambiar la desolada visión de los comercios cerrados y tapiados.

Desde que me mudé aquí, esperaba una chance para pintar. Pasó el invierno, la cuarentena, y cuando llegó fue un cambio muy abrupto: Pasar todo el día, todos los días desparramada por la vereda, incapaz de llevar la cuenta de lo que “tocaba”. Afuera había lluvia, frío y un virus que no entendemos. Las calles no estaban tan vacías como imaginaba, y vi yonquis* en lugares que no había notado antes (*hay una crisis previa de sobredosis, gente muy perdida y jeringas a plena vista).

A medida que pasaron los días, normalicé la incomodidad y los largos rituales de limpieza. Agradecí al Arte y a los organizadores por la oportunidad de compartir buena onda, disfrutar de la pintura y hablar con la gente. Tuve un sentimiento nuevo de pertenencia a esta comunidad. A veces estaba tan feliz que olvidaba que no era un escenario normal. Otras veces, como cuando un yonqui se quedó una rato haciendo algo en una punta del mural, mi atención volvía a concentrarse en qué estaba tocando y pisando. En qué estaba haciendo en un lugar que no conozco. Y mientras trataba de manejar mi propia locura, sonreía a las personas que me preguntaban sobre el futuro.

“¿Pero cómo van a reciclar esa madera después? Toda esa pintura que le estás poniendo lo va a hacer más difícil.”
 

"Pero si estás pintando un mural ahí... ¿Significa que las tiendas no van a volver a abrir?"
 

No tenía las respuestas, pero reconocí el "miedo al futuro". Le dije a la señora que, independientemente de cuándo reabriesen las tiendas, esto me parecía una señal de mejora, ya que un mes atrás habría sido impensable pintar en la calle. Una sonrisa transformó su cara y yo sentí un abracito en el corazón.

Vengo tratando de hacerme amiga de la incertidumbre mucho antes de la pandemia. No puedo soltar del todo la necesidad del control, pero intento de trazar una línea entre lo que puedo manejar y lo que me excede: las acciones de las personas, la naturaleza, el mundo. Cuando algo externo nos impacta positivamente, sonreímos y agradecemos a la vida. Pero cuando es negativo, fruncimos el ceño y sentimos injusticia. Aprender a relajarse en el medio es difícil pero la práctica lo hace más accesible.


ʕ•ᴥ•ʔ En el dibujo, parece que la gente está preocupada y el artista no tiene estrés. Pero es mas bien una mezcla de todos. Ya no tengo ese miedo que sentí en marzo, pero a veces de la nada aparece el bajón. Alguien más con cambios de ánimo?


 MUSICA  A calf born in winter


Durante los últimos años encontré refugio en esta canción, la llevo siempre conmigo. Un día vi el video y lo amé aún más. Dejá que la imaginación te destrabe: miralo acá

 

 

ʕ•ᴥ•ʔ  Descubrí esta canción en “Late Night Tales”. Es un proyecto en el que cada músico hace un compilado de canciones con clima de  “historias de trasnoche”. Mi favorito es el de Bonobo, podés escucharlo acá
 

 POR ÚLTIMO  y no menos importante

Mientras pintaba, mi teléfono me recordó que hace 2 años estaba pintando con mis amigos en España. Pensé que había sido el año pasado, pero hace 1 año estaba pintando en China. El tiempo vuela, y esta crisis será un recuerdo antes de lo que pensamos.


Acá están los 30 m. de mural (ese punto negro soy yo) Podes ver los detalles y la historia en mi instagram

Y un retrato de @lydianagaiphoto - ¡Saludos desde Vancouver! Un lugar raro que me sorprende día a día.
Este newsletter es una ventana a mi interior. Sin las limitaciones de las redes sociales, me siento muy cómoda abriéndola. Tiene procesos poco pulidos, palabras inseguras, y todo eso que no se ve en las piezas finales. Gracias por compartir este ratito, y por inspirarme a hacer más. 
Sentite libre de compartir este newsletter, compartir algo conmigo (me encanta recibir cartas, contesto siempre aunque me tomo mi tiempo -teneme paciencia-) Pero por sobre todo, sentite libre donde estés.
Gracias
 

xoxo,
Animalito
 
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