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Tomá un tecito, ponete cómodo. Es hora de historias! Hoy: edición existencial... ponele doble saquito al té.
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VIDA Desaparición del “Yo”
La casa de mi papás siempre estuvo llena de libros espirituales. De chica a veces los curioseaba, perdiendo interés de inmediato. Palabras como que ”la conciencia crea un sentido ilusorio del YO, apegándose a ciertas formas, sentimientos, deseos”, yo las interpretaba como “necesitás desprenderte de todo, no sentir nada, hasta desaparecer”. Y pensaba -qué horror!.
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Años después, la vida nómade me mostró que desprenderse no es terrible, lo que duele es lamentar lo inevitable. “Por videollamada no nos podemos abrazar” Lo sé, pero dado que viajo, podemos sufrir o llamarnos y nutrir el lazo que nos une (en 2020 muchas personas en cuarentena tuvieron que ponerse al día con esa circunstancia, reemplazando "viajar" por "hay una maldita pandemia"). Practicar eso de soltar ayuda a que las cosas no se te queden atascadas en la mente. Pensar en cómo todo circula, empieza y termina a cada momento, es particularmente útil cuando una de esas cosas es dolor.
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En los últimos años pintando por el mundo, las experiencias (mezcla de felicidad, estrés y tristeza) me golpeaban como olas -una tras otra con demasiada intensidad. Meditar me ayudó a tomar un poco de distancia. Esto no significó dejar de sentir, sino tener más espacio mental para hacerme a un lado y ver la ola romper desde un punto de vista adicional -no únicamente desde abajo. No se logra de un día para el otro, y no sé si alguna vez se consigue por completo. Pero practicar ayuda mucho.
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De a poco fui cambiando mi “yo” a algo menos cerrado. Aprendí que si me adelanto demasiados pasos dentro de mi cabeza antes de hablar, las palabras salen de mi boca como un tren bala y no dan lugar a nada más. No siempre es necesario hablar para comunicarse (para una argentina verborrágica esto es duro de aprender). Con gente que no comparto idioma, fue frustrante al principio. Después aprendí a compartir silencios, prestando atención a cosas que no llegaba a comprender, y no había chance de preguntar, pero con solo estar ahí alcanzaba para disfrutarlo. Esto fue más profundo que cualquier palabra que hubiese deseado usar. De repente la vida se llenó de humildes aventuras.
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La neurociencia explica que el cerebro se configura según las experiencias que vivimos, y lo mas lindo, que tiene la capacidad de reconfigurarse (neuroplasticidad). Se alinea bastante con la idea budista de que la mente no es más que una compleja maraña de estados mentales pasajeros. O sea: el "yo soy así" no existe ni la realidad está escrita en piedra. Podemos construír opciones, para elegir cómo afrontar lo que nos toca vivir. Entender eso fue como saber que hay tesoros escondidos por todos lados.
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ʕ•ᴥ•ʔ Siempre digo “ojalá me hubieran enseñado eso en la escuela”. Pero recordando los libros que ojeaba de chica, creo a veces hay que vivir un poco para comprender otro poco. Y este año lo sentí como una prueba para todo esta práctica. Vos cómo te estás llevando con vos mismx?
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Y ADEMÁS Gracias a la Animación
"Neon Genesis Evangelion" (Japón, 1995) impactó mi cerebro adolescente 20 años atrás. Con el concepto de que la individualidad es como una funda que contiene tu alma gelatinosa; Si la funda es demasiado gruesa, no te deja conectarte con nadie más y la pasas mal; Pero si removiéramos todas las fundas, la humanidad se fusionaría en un gran sopa de alma. Hermoso y perturbador.
“The Midnight Gospel” (USA, 2020) tiene demasiada información comprimida en cada segundo, por lo que fue difícil de ver. Pero me dejó unos pedacitos de sabiduría y algunas lágrimas. Les dejo un breve clip que introduce el concepto de "estar presente" (clickeá la imagen para abrir el video -está en inglés, pero básicamente dice que sientas tu dedo índice desde adentro. Qué sentís? Luego intentá sentir tu mando entera, desde adentro. Y luego pasá ese sentir a tus brazos y tus piernas. Y a medida que vas reconociendo esas partes sin moverte, tu mente va saliendo de tu cabeza para posarse en ellas)
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Este newsletter es una ventana a mi interior. Tiene procesos poco pulidos, palabras inseguras, y todo eso que no se ve en las piezas finales. Estas pinturas que acompañan son parte de ese estudio. Si querés llevarte alguna a tu casa, podés encontrarlas en el shop de mi página. También hice un video mostrándolas en detalle, en mi último post de instagram (clickeá la imagen para abrir el video)
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Gracias por acompañarme e inspirarme a seguir. Pinto para entender la vida y escribo para entender lo que pinto. Si te nacen pensamientos escribime . Si te gusta compartilo. Acá está el formulario para suscribirse, y el archivo con las ediciones anteriores.
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